La USAID no es otra cosa que una agencia más del aparato de espionaje, injerencia y desestabilización de EEUU: lo confirman una sucesión de hechos recientes que enseñan, más que nunca, que las propuestas de ayuda humanitaria de Washington no tienen otro propósito que infiltrar los dispositivos de penetración de sus distintos servicios de inteligencia. [...]
Casi cuatro años han pasado desde que Robert E. Jolicoeur, Director de la Oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduana de Estados Unidos (ICE) en El Paso, Texas, le dirigía al inmigrante ilegal Luis Posada Carriles, entonces detenido, una carta cuya claridad, en el contexto norteamericano, sigue asombrando.
En el lenguaje habitual de la organización, una tela de mentiras donde el espionaje se convierte en acción humanitaria y la desestabilización en obra caritativa, el portavoz de USAID ha insistido en que las sumas millonarias dedicadas a fomentar la subversion en Cuba están distribuidas “en su gran mayoría” a “individuos en el terreno a Cuba” que pretenden desarrollar “proyectos” concebidos en Washington.