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La historia de un hombre en Revolución
Octubre; en la Zafra de los 10 millones; recorriendo el país en los días duros del periodo especial; asumiendo como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en febrero del 2008; sembrando un cedro como en cada cumpleaños; y también está con sus cuatro hijos, sus nueve nietos y la primera bisnieta. Porque las páginas del libro dibujan a Raúl en toda su inmensidad, al guerrillero, al estadista y al padre de familia que con tanto quehacer siempre encontró tiempo para los suyos.
Durante la reciente visita a Moscú con motivo de los festejos por el 70 aniversario de la victoria sobre el fascismo, Raúl se reunió con Leonov en el hotel donde por esos días de mayo estuvo hospedado. En el encuentro, en el que también participó la familia del autor y el tema más repetido fue justamente la gestación del libro, Raúl dijo sentirse feliz. “Tengo en mis manos la historia de mi vida. Me emociona mucho volver a leerla, han pasado 62 años desde que nos conocimos y es mucha la historia que guarda este libro”, confesó.
Se habían comprometido a narrarla desde hacía nueve años. “Cumplimos con nuestra palabra”, dijo Leonov al despedirse del amigo, luego de agradecerle el tiempo dedicado en medio del ajetreo de aquellos días en la capital rusa, las anécdotas compartidas esa tarde, los cariñosos mensaje con la firma de Raúl en la primera página de varios ejemplares regalados a los miembros de la familia rusa y la foto final, en la que todos se juntaron como en cada una de las visitas a La Habana.
Lo apuntó el escritor en su libro: “tengo la íntima satisfacción de confirmar ¡cuán acertado estuve aquel día de mayo de 1953, cuando en el medio del mar Mediterráneo me acerqué a Raúl!”. Ahora los lectores serán sus jueces definitivos.