Fue una verdadera carrera de relevo lo presenciado en la sala uno del Palacio de Convenciones. El batón fue entregado de mano de otroras estrellas a las luminarias del presente, esas que tuvieron un 2015 pródigo en materia de resultados, y que inician el 2016 con ambiciones olímpicas y paralímpicas, a tono con su condición de encumbrados de Cuba en los últimos 12 meses.
Resultó poco común verlo de traje y corbata, y no con su habitual atuendo de gimnasta, la bandera cubana en medio del pecho, filigranas de gloria en el éter. Siempre la sonrisa y los sueños como divisa. Hablamos del gimnasta Manrique Larduet, quien recibió el trofeo acreditativo de manos de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
“Es un orgullo inmenso ser distinguido como el mejor atleta individual en este año. Constituye la inyección de energía necesaria para entregarme por completo a mis rutinas, elevar la complejidad, salir a realizar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 lo que desde hace diez años he ido construyendo con mi entrenador Carlos Gil. Aún no dejo de sonreír cada vez que pienso en mis dos preseas mundiales, pero quedan sueños por realizar”, sentenció el santiaguero de solo 18 años.
No menos motivada se sintió la velocista discapacitada Omara Durand, quien dejó huella de récords universales y triples coronas en los Parapanamericanos de Toronto y la cita del orbe de Doha, Catar: “Ha sido el mejor año de mi carrera deportiva. Miriam contribuyó mucho en estos resultados, comprensión, planificación detallada, confianza para iniciar una nueva etapa competitiva junto al guía Yuniol Kindelán. Apoyo de la familia y las medallas para mi pueblo y mi pequeña Erika. Ya pienso en las de Río el año próximo, entreno muy fuerte para conseguirlas”.
Ese sentimiento de gratitud y compromiso también lo expresó el remero Ángel Fournier, por tercera ocasión consecutiva incluido entre los diez mejores de nuestra nación. “El 50 % de la batalla está vencida. Entreno duro pensando en Río de Janeiro, ya tomaré un carril, el 2015 fue un año próspero, la otra mitad se completará en el podio olímpico”.
Cierro con Yarisley Silva. Una mezcla de sonrisa, y lágrimas de emoción se conjugaron en su rostro. Como si embistiera la cuña con su pértiga agradeció al movimiento deportivo cubano, a su entrenador Alexander Nava y confesó que su retribución han sido y serán todas las preseas que sea capaz de conquistar saltando.
Metas, revisión de un año intenso, cargado de exámenes como los Juegos Panamericanos, diversos mundiales y boletos olímpicos asegurados. El 2016 toca a la puerta y nuestros deportistas despidieron el año con la fuerza de un 4×100, acompañados de las notas del maestro Frank Fernández al piano, de la armonía que emanó de las voces de la Academia de canto Mariana de Gonitch, y de los textos picarescos del trovador Tony Ávila.
Presidieron además la ceremonia Olga Lidia Tapia, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; José Ramón Fernández, presidente del Comité Olímpico Cubano; el doctor Antonio Becali, presidente del Inder, además de otros directivos de diferentes organizaciones políticas y de masas.
Granma